El don de la palabra,
el don que tú nos diste,
sé que miles de veces
lo usé muy poco y mal,
callando la palabra
que debiera haber dicho
y diciendo esa otra
que sí debí callar...
La palabra que callas
Es aborto consciente;
Pecado, si la omites,
Cuando debiste hablar.
La palabra que dices,
No se pierde ni muere,
Entra al alma de alguno
Para herirlo o sanar.
Y la misma palabra
Según como la digas
Y según el momento,
Hace bien o hace mal.
Compromiso es callarla.
Compromiso es decirla.
Porque muda o expresa
Debes con ella amar.
Amar es muy difícil
Porque el orgullo manda
Callar lo que hace bien,
Decir lo que hace mal.
Por eso te pido,
Señor, que me perdones,
Si el don de la palabra
lo usé tan poco y mal,
y te pido ilumines
mi lengua, mente y alma,
para que mi palabra
sólo sepa sanar.
(Susana Casati de Ruiz.)
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